Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

miércoles, 8 de agosto de 2012

ETNOZOOLOGÍA. CUIDADO DOMÉSTICO DE LA SALUD Y EL BIENESTAR DE LOS ANIMALES EN UNA EXPLOTACIÓN MODERNA DE OVEJAS EN EL CERRATO PALENTINO (CASTILLA Y LEÓN).



Texto & fotos: A.J. Aparicio Mena.
Nuestro blog es un espacio dedicado a las variadas maneras de entender  y atender en salud-bienestar en distintas sociedades y culturas del planeta. Pero no nos centramos solamente en los humanos. También queremos saber cómo ven hombres y mujeres  de diferentes lugares el bienestar de los animales, las plantas y los espacios naturales. Tengamos en cuenta que los productos que consumimos, nosotros los humanos, vienen de ahí y, tanto mejores sean esos productos, tanto mayor bien nos harán.
Traemos en esta ocasión las informaciones de experiencia, las palabras y las imágenes de gentes del Cerrato palentino (Villaconancio, Castilla y León) quienes, como criadores, nos trasladan su experiencia del trabajo diario; y, en concreto, las actividades y acciones llevadas a cabo para conseguir el buen estado de sus animales con el fin de obtener de ellos productos de calidad (leche, carne, lana).
Hablamos con Fernando, preocupado por la situación económica general actual y por el futuro de él y de los jóvenes entre los que se encuentran sus hijos. Nos comenta que hace algunos años dio el paso para convertir su explotación ganadera más-menos tradicional en una explotación moderna mecanizada en la que, a pesar de que ciertos procesos se realizan con más rapidez y comodidad, las preocupaciones diarias siguen siendo las mismas: estado de los animales, nacimiento de los lechazos, mercado de la leche, mercado de los lechazos, alimentos de las ovejas, necesidad de atención veterinaria, etc.

La explotación es familiar. El trabajo con ovejas viene de generaciones atrás. A Fernando le gustan mucho los animales. Eso hace que su labor diaria no sea una cuesta arriba difícil de soportar. Mi mundo es éste, Aquí paso horas y horas  y esto no podría llevarse sin el gusto por lo que haces y sin la ayuda (aunque sea moral)  de la familia. La mujer me apoya mucho y mis hijos echan una mano cuando se necesita. A uno le gusta más la maquinaria, al otro los animales, expresa.  Ve el ganado como una fuente de ingresos, como su medio de vida. Pero es consciente de que los animales tienen que estar en las mejores condiciones: de higiene, de salud física, y libres de infecciones. Mantener esto cuesta preocupación, trabajo y dinero. Tienes que estar pendiente todos los días y a todas horas, subraya.

(P) Cuéntanos cómo es una jornada laboral aquí.

-Ahora en verano me levanto a las 5 de la mañana. Veo cómo está todo y si hay que hacer algo especial lo hago; por ejemplo, atender un animal enfermo, arreglar algún desperfecto en las instalaciones, preparar las máquinas. Ordeñamos, echamos de comer a unas, salimos al campo con otras, atendemos a las paridas. Comen dos veces al día y lo hacen por turnos. Ordeñamos también a la mañana y a la tarde. Las sacamos a las 8 y media de la mañana y alrededor de las 9 de la tarde. Así es que, ves, estoy todo el día aquí o con el ganado por el campo y por el monte. Cuidamos a los animales, los vacunamos, los observamos, estamos todo el día pendientes. Es lo que hay que hacer, como te he dicho.

La esposa de Fernando y el hijo mayor echan una mano al ordeño vigilando, conduciendo a los grupos o arreglando el lugar. El hijo pequeño saca más de un día el rebaño al campo. Cada día ordeña Fernando unas 500 ovejas por turnos, de las alrededor de 1000 cabezas que tienen.

(P) Cuando las ovejas están enfermas, cuando han tenido algún accidente, ¿Qué hacéis?,
¿Cómo las atendéis?, ¿Usáis aún remedios tradicionales para curarlas?

-No solemos usar remedios antiguos ya. Si los problemas son importantes llamamos al veterinario. Si una oveja tiene una pata rota se la entablillamos. Algunas cosas las podemos solucionar nosotros aquí, pero cuando no sabemos, no nos arriesgamos. Conocemos cosas de antes como por ejemplo cuando una oveja abortaba, que se le daba vino cocido para que limpiase, pero no las practicamos.

(P) ¿Cómo crees que influye en la calidad de los productos (leche, carne) el trato dado a los animales?

-¡Bueno, Fernando!, interrumpe su esposa. ¡No puede ver que alguien maltrate un animal! Sigue Fernando: Si mi hijo mayor, que es grande y fuerte, agarra alguna de las patas y tira sin más, le llamo la atención porque puede causarle algún daño. Creemos que el trato que se ha de dar a los animales, en nuestro trabajo y en general, ha de ser bueno. Eso es importante. Las ovejas necesitan quietud y tranquilidad. Eso les agrada. Procuramos moverlas sin armar barullo. Por eso las dividimos en grupos y pasan primero unas y luego otras. Así, de forma ordenada, hacemos mejor las cosas y nosotros mismos nos estresamos menos. Es bueno para todos. Tenemos hilo musical en las naves. La música creemos les agrada. A nosotros también, y de esta manera los animales se habitúan al ruido, al menos a un nivel de ruido que no les asuste en lo cotidiano. Pensamos que si los animales viven mejor, darán mejor leche y mejor carne. La alimentación también la cuidamos. Las nuestras comen grano, pulpa de remolacha, paja y fibra de soja resultante del prensado de la planta. Como además pacen del campo todos los días, creemos que llevan una alimentación completa y sana.


A Fernando le gusta subrayar que se trata de una explotación moderna, la suya, con las ventajas de la mecanización. Ello repercute en un mejor estado de salud del ganado si lo relacionamos con lo de antiguamente. Para darles de comer ahora se tarda poco y se hace mejor. Tienes tiempo para observar si todas comen bien o si alguna tiene algún problema. Ves mejor las cosas que pasan. Antes, recuerdo, para darles de comer manualmente tardabas mucho y sólo te enterabas de lo que pasaba en el sitio en el que echabas la comida, explica.

Sin embargo, combinan la estancia en establo con el paseo por el campo. Todos los días las sacan dos veces unas horas y están con ellas. Las ovejas caminan, hacen ejercicio, respiran el aire sano de la naturaleza y pacen de la tierra. Ello no sólo complementa la vida y la alimentación de la estabulación sino que proporciona a los animales un contacto directo con el ambiente natural lo que, suponemos, repercute directamente en su bienestar, equilibrio y eliminación de estrés proveniente del encerramiento. A su vez, por lógica, ese bienestar también repercute en la leche y en la carne.

Opina Fernando: Como a cualquiera de nosotros, también a los animales, respirar aire puro, salir de casa, caminar por el campo y relacionarse con los suyos en otro ambiente les viene bien y les quita estrés. ¿No dicen que es bueno pasear todos los días un rato? Pues si es bueno para nosotros, también es bueno para los animales.

(P) ¿Los lobos son un peligro importante?

-En las salidas tienes que mirar. Peligros hay por todas partes. A veces los lobos se acercan demasiado. El otro día he perdido un carnero. No lo he visto más. Creí que se había quedado con una oveja pero tendría que haber vuelto. Puede haber sido el lobo. Ahora hay bastantes lobos. Bajan incluso hasta la puerta de las naves. Los veo frecuentemente.

Le preguntamos a Fernando qué tipo de satisfacción obtiene de su trabajo. Nos responde: Todo lo que veo que funciona me anima y mantiene mi ilusión, aunque haya que dedicarle tiempo, pensamiento, esfuerzo y dinero. En otro tiempo, había menos preocupación oficial por las explotaciones. Eso también te quitaba preocupaciones. Por el contrario, estaba el trabajo duro. Hoy el trabajo es más llevadero pero han aumentado las preocupaciones en cuanto a que hay que tenerlo todo al día y hay mucho papeleo e impuestos por esto y lo otro. Todo está supercontrolado. Todos estamos más controlados. No sé dónde vamos a llegar.

(P) Fernando, cuándo tienes que sacrificar un animal, ¿qué sientes?

Mis hijos me dicen eso, si no me da pena. Pero yo he vivido con eso siempre. Forma parte de este trabajo y de la vida en el campo. Tienes que matar un conejo o un pollo o una oveja y lo haces. Me gustan los animales, mucho, todos, pero no quita que cuando tengas que sacrificar uno no lo hagas. Tienes que comer. No tiene que ver. Es así. No se hace por maldad ni nada parecido.

Fernando es un buen conversador y brinda siempre una sonrisa mientras explica todo. Aprecio que le satisface su negocio. Incluso caminando con él por el sendero arriba del cerro, no para de decirme cosas. De vez en cuando una oveja arremete contra mi perro mientras marchamos, por considerarlo un intruso. Se genera un poco de alboroto pero rápidamente retomamos el ritmo ascendente entre las piedras y el polvo que se desprende de la caminata. Habla con cariño de sus hijos, buenos chicos a los que conozco bien, y se siente feliz de la respuesta, el comportamiento y la ayuda que ellos prestan a la familia. La actitud es recíproca por parte de los muchachos hacia los padres y hacia el negocio familiar. También menciona y valora a su esposa, siempre dispuesta a ayudar en lo que sea menester.

Las últimas luces de la tarde desaparecen. La oscuridad se echa encima pronto. En la quietud del espacio cerrateño, bajo un cielo infinito y bello, roto el silencio por el ritmo del paso del rebaño, Fernando regresa a casa, algunos días con frío por el viento de la tarde (pese a estar en pleno verano) y otros con calor (los menos en las tardes del Cerrato).

Resuenan en mi mente algunas palabras dichas por la esposa: Por la lana no te pagan nada. Incluso dentro de poco ya no habrá ni esquiladores. El oficio de pastor se está perdiendo.

El día ha terminado.

(Nuestro agradecimiento a Fernando y familia por su colaboración en este artículo)